domingo, 16 de enero de 2011

Anécdotas 5


Esta semana, doy paso a una anécdota nueva, espero os guste.


Cuando era niño, muchos fines de semana marchaba a un pueblo, cerca de Madrid, Fresnedillas de la Oliva. Allí conocí a muchos amigos con los que viví muchas vivencias, junto a los que hoy día, me crié, incluso me siguen pasando cosas. Aunque la verdad es que no voy por diversos motivos por allí, pero tengo contacto con algunos de mis colegas de entonces, algunos de ellos son de mis mejores amistades.

Bueno, es de entender que en un pueblo de no más de 600 habitantes ( hablo de los años 90) hoy día seguro que supera los 2000, no había muchas cosas que hacer, montar en bici, quedar con los colegas, pasear, jugar al fútbol, poco más la verdad.

Allí creo que bese a la primera chica, me colé en el primer colé, cogí frutas y verduras de alguna huerta a altas horas de la noche, después de haberlo dado todo en la discoteca de moda allí, esta acción la dábamos a conocer como ´´ir de huertas``.

También allí, me metí en algún lió que aquí no es propio que cuente.

Buenos, me acuerdo de una anécdota muy buena. Una noche de las muchas que allí salíamos en verano, a mis queridos amigos se les ocurrió coger prestada la furgoneta de uno de los hombres del pueblo, el tema, es que después de ver la manera de abrirla, descubrieron que la furgo estaba abierta (por entonces la gente en los pueblos tenia la confianza de dejar las puertas de las casas abiertas por las noches y la de los coches también, era otra época, no había la delincuencia que hay hoy día, la gente el único miedo que tenia es que los jóvenes del pueblo, nosotros liáramos algunas chiquilladas, de vez en cuando) se montaron en la furgoneta 6 tipos a cada cual más grande, he de reconocer que el grado de alcohol dadas las horas y el tamaño de mis colegas era bastante alto.

Se montaron bajo la atenta mirada de otro colega y mía, quitaron el freno de mano, salieron de la calle donde estaba aparcada la susodicha furgoneta (Renault 4L, blanca, típica de hombre de campo), se dejaron caer calle abajo y continuaron por la calle principal, calle abajo, sin un rumbo concreto, bueno si, pasarlo bien.

Es cierto que la situación se les marcho de las manos, no dejaban de ser unos chavales con ganas de pasarlo bien y sin hacer nada malo, bueno acababan de coger una furgoneta de un hombre al que conocían para pasar un buen rato, pero eso si sin romper nada.

Según la furgoneta, marchaba calle abajo, paso justo por delante de la plaza del pueblo en la cual se encuentra la discoteca donde pasábamos todas las noches de los fines de semana.

Justo pasa la furgo, sale de la disco el sobrino del dueño de dicha furgoneta, nosotros viendo la escena, riéndonos por lo que andaba pasando, pero sin saber que el que había salido del garito era el sobrino del afectado. Cuando dicho tipo llega a donde andábamos nosotros (mi colega y yo, presentes en la acción pero no participe en ella) nos pregunta ¿esa furgoneta?, nosotros le contamos la movida y el tío con cara de no saber muy bien que hacer, nos contesta pero si esa furgo es la de mi tío, la que utiliza para ir al prao, a las vacas.

Consecuencia, partimiento de polla, por la situación, pero a la vez una sensación de mal rollo, con el pensamiento de que lo que pasaría a partir de hay no iba a molar nada de nada.

Acto seguido comento de hacer una llamada a los de verde (no los forestales precisamente)para que recetaran ciertas cuantías económicas a los que andaban viajando en furgo gratis por una de las carreteras del pueblo. Al rato aparecieron andando como si no pasara nada, tranquilos, los efectos del alcohol ya estaban en sus momentos bajos. Cuando llegaron donde nosotros nos encontrábamos, nuestro colega les hizo la pregunta clave ¿de donde regresais? ellos entre suspiros (estaban cansados) comentaron que se les fue de las manos y que la furgo había acabado metida en una zanja de la cuneta. Mi colega les comento el tema de que la furgo era de su tío, que si antes de las 7:00 de la madrugada la furgo no aparecía en su sitio los de verde harían de las suyas.

En realidad mis colegas regresaron para pedirnos ayuda, para que les ayudaramos a sacar la furgo del donde la habían dejado, semi volcada y volver a dejarla en su sitio. Viendo que el tema ya estaba caliente, nos encaminamos al lugar de los hechos, cuando llegamos, vimos la furgo metida de dos ruedas en una zanja por donde bajaban aguas fecales, en paralelo a la carretera general. Acto seguido, uno de mis colegas se metió dentro de las aguas fecales, empezó a empujar la furgo mientras el resto ayudaba como podía.

Después de conseguir poner la furgo en la carretera (eramos 8), nos pusimos a empujar como presos en medio del desierto. En realidad eran como las 6 y algo de la madrugada pero entre lo bien que mis colegas se lo habían pasado horas previas a lo acontecido, mi colega y yo rotos de estar toda la noche dándolo todo en la única discoteca del pueblo, era de esperar que nos costara mover la furgo. Nos paramos a descansar y a poner la furgo dirección de marcha (la subíamos marcha atrás), descansando uno de mis colega nos dice:

Oye, ¿quien dice que la furgo no tiene llaves? Viendo la cara que poníamos todos, le decimos tu eres tonto, ¿como va a tener llaves la furgo?, acto seguido mi compañero da a la llave, la furgo que tenia una marcha puesta, intenta arrancar, pero avanzo en vez de arrancar, a la vez que avanzo, le piso el pie de un colega.

Consecuencia, nos partimos el culo de mi colega con el pie reventado de haberle pisado la rueda, una vez arranca la furgo, nos dice mi colega que andaba montado en ella ¿quien se sube?, allí no dio ni un paso ni dios.

Le dijimos que subiera el solo que el resto marchábamos andando.

Acto seguido metió marcha, tiro carretera arriba dejando la estela del humo que desprendía el tubo de escape.

Cuando llegamos al pueblo, mi colega tubo la genial idea de dejar la furgo aparcada en la calle que daba a mi casa, lo hizo con miras a que le ayudaramos a dejarla furgo aparcada en su lugar de origen, así no despertar al dueño que altruistamente había dejado la furgo abierta, con las llaves puestas.

Una vez posicionamos la furgo en su sitio, mi colega y yo nos marchamos, según terminavamos de hacer la calle oímos como una persiana subía, acto seguido se escuchaba ¿que hacéis?, el dueño de la furgo había pillado de marrón a mis colegas dejando la furgo en su sitio.

Al día siguiente los colegas de verde con el gorro, fueron casa por casa para ir tomando declaración a mis colegas, enviarles sendas cartas citándoles en los juzgados.

Mis colegas, como buenos colegas no dieron ni el nombre de mi colega ni el mio, ya que nosotros no hicimos nada y lo poco que hicimos fue ayudar, fue un favor por otro aunque nosotros eramos complices de un urto.

4 comentarios:

  1. ¡Menos mal que me entero ahora!

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  2. Mama yo no loe nada solo ayude a unos amigos

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  3. Juas juas!!! esta conversación es lo mejor de esta entrada!!

    Saludos a los dos, y encantado de conocerla, aunque sea por aquí.

    Emilio

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  4. Joder tu hermno y yo hacia unos años la reventamos el cristal delantero a pedradas. Animalitos!!!

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