Anécdotas 4

Esta semana os voy a contar alguna anécdota más de mi vida, espero os guste.

Ayer mientras cenaba con un gran amigo mio y su chica, me comentaba ella que cual seria mi próxima entrada. Pues mira tu por donde que ella es quien protagoniza el siguiente relato.

Hoy día 12 de diciembre a altas horas de la madrugada, un grupo de varias chicas y yo, en un garito de un pueblo a 40 kilómetros de Madrid, estamos viendo como pinchaba Guillermo Gil o Shiru Wylliams como lo queráis llamar.

El tema, cerca de donde nosotros nos encontrábamos, había una maquina de dardos que de vez en cuando se iluminaba, era algo molesta la verdad. Bueno, después de estar engañando a la maquina pulsándola para que se apagara y no volviera a iluminarse, en 10 minutos, decidimos ver de que manera poder apagarla. Ahí estaba Irene, chica de metro cincuenta, rubia,más sala que el bacalao, coge la tía sin pensarlo dos veces, se pone a buscar el cable de la maquina infernal. De repente veo que coge un enchufe que colgaba de una pared y según lo desconecta se apaga la maquina, pero también se apaga la mesa de mezclas en la que estaba su novio pinchando, los platos y todo el aparato de música. La tía los primero 5 segundos no se dio cuenta de la situación, según el publico empezaba a darse cuenta de que no había música, nos quedamos todos partiéndonos el culo, la tía claro se dio cuenta del marrón, según se dio cuenta nos dice: ``tranquilos no digáis nada´´, se mete por detrás de la maquina infernal, conecta otra vez el enchufe, vuelve la luz a la mesa y los discos.

No savia donde meterse, allí los que sabíamos el tema no parábamos de reírnos pero madre mía a cuadros se quedo su novio y medio garito cuando de pronto se apaga la música.

Con lo pequeña que es y las que lía la tía.