Un día cualquiera, o eso parecía.

Bueno, hola de nuevo a todos y todas. Como vereis esta es mi segunda entrada en este espero sea un apasionante blog poco a poco.

Hoy ha sido un día normal, he ido a trabajar y según he acabado mi jornada laboral, me he marchado a pasar quiza una de las mejores tardes hasta la fecha. He salido a montar en bici, cosas muy habitual en mi, pero cabe quiza decir, que a la vez que habitual por una parte ha sido rara por otra.

Os comento. He quedado con mi hermano Luis, en uno de los sitios donde mejor me lo paso desde hace un año, El Pardo, para quien no lo conozca, es un gran parque cerca del centro de la capital, donde se puede montar en bici. Da igual la bici que tengas, puedes hacer descenso, ralie, carretera, etc. Hoy la tarde tocaba hacer un poco de ralie,la semana pasada me costipé y ya que dentro de poco empezaré a dedicar más tiempo a la bici de descenso y para poder aguantar los largos días en el Bike Park de la Pinilla, necesito estar más o menos en forma.

La historia, es que a mi eso de salir a rodar como que no me termina de animar mucho, pero hoy, esa idea que tenia de salir a rodar con mi hermano ( en este caso porque es él, si fuera otro me pasaría lo mismo) no era que digamos muy agradeble.

Desde que me compré la bici de ralie hace ya más de un año, solo salia a rodar con pedales automaticos, sillin alto, y con el proposito de pedalear y dejar a un lado lo que más me gusta, que es bajar y saltar. Pues hoy despúes de mucho insistir mi hermano, he decidido bajar el sillin para así tener más movilidad sobre la bici y poder bajar más comodo e intentar saltar un poquito con esa bici, que hasta la fecha solo utilizaba para subir y sudar.

Pues bien, cual ha sido mi sorpresa, que he empezado a disfrutar de una de esas miticas bajadas que allí se encuentran, he empezado a tumbar algo en las curvas (poco pero algo) he empezado a manualear, tirar de la bici, saltar. Vamos que parecia que bajaba más con la bici de descenso que con la que suelo salir a sufrir ( eso ha sido hasta hoy). Por eso digo que parecía un día más de los que salgo a rodar, pero no, hoy ha significado el comienzo de una nueva manera de disfrutar de esa bici y espero que de muchos días de salir a rutear con mi hermano.

Tengo que darle las gracias, principalmente por varios motivos. Uno de ellos es por haber tenido el interes de enseñarme a montar en bici y enseñarme a ver este deporte y afición, es quiza la cosa más bella e importante que hay en mi vida. Otra de las razones es por hacerme ver que con la bici de descenso y la bici de campillo uno lo pasa bien, pero que con la bici de ralie tambien uno lo puede pasar en grande como lo he pasado hoy.

Gracias Luis, por abrirme la mente en tantas y tantas ocasiones y gracias por hacerme participe de una cosa tan buena en tu vida como en la mía.